Una situación repetitiva
Después de haber notado a esta mujer que pedía limosna en estado de embarazo, Melissa no dejó de verla. A lo largo de los días se dio cuenta de que se iba moviendo por la ciudad, porque siempre se la encontraba en diferentes puntos, siempre afuera de algún centro comercial o supermercado grande.
Cada vez que se la encontraba se daba cuenta Melissa que la mendiga embarazada recibía generosas limosnas, ya que con su panza prominente, y su otro hijo pequeño conmovía el corazón de los transeúntes; y también el de Meliisa, aunque ella no dejaba de preguntarse cómo se desplazaba en ese estado a través de distancias tan largas.