Pérdida de tiempo
El ambicioso plan de saneamiento del conducto, fruto de la colaboración entre el gobierno y el sector privado, se topó con una realidad inesperada que desbordó todas las previsiones. La simple tarea de limpieza se convirtió en una misión arqueológica urbana al vaciar el canal y encontrar un museo sumergido de objetos.
Había todo tipo de vehículos, desde bicicletas, hasta enseres que demandaban técnicas de extracción avanzadas, como el uso de grúas. Este hallazgo obligó a replantear la estrategia pensada, transformando lo que iba a ser una limpieza rutinaria en una operación mucho más compleja y prolongada de lo imaginado.