Lo que pasa, pasa por algo
La revelación de los secretos ocultos bajo las aguas del conducto iluminó la gravedad de la indiferencia humana, un descubrimiento imposible sin su drenaje. Este rincón de París, codiciado por su exclusividad, alberga propiedades cuyos valores alcanzan cifras astronómicas, tanto a nivel nacional como europeo.
Sin embargo, la conciencia sobre la riqueza histórica y ambiental del canal no era universal entre los parisinos. Este despertar podría ser el catalizador para preservar su integridad, evitando que se convierta nuevamente en el depositario de desperdicios y vehículos sumergidos. La unión y el compromiso colectivo emergen como la clave para custodiar este tesoro para las generaciones venideras.