No salgas sin tu teléfono
Un oficinista terminó su jornada dispuesto a pasar un agradable fin de semana después de tomar unas copas con su cita de Tinder. Pero sus planes se vieron frustrados por un maléfico ascensor rebelde. Después de marcar la planta baja se dio cuenta de que el ascensor quedó atascado. Buscó su teléfono en sus bolsillos y luego en su ropa pero no lo tenía consigo, se le quedó en la oficina. Sin comida y sin agua se quedó por más de 40 horas atrapado. Por suerte el lunes siguiente lo encontraron, deshidratado pero vivo. Esos días aprendió su lección: nunca olvidar su teléfono y nunca hacer horas extras.