Una tragedia que se evitó
Esta época sin duda es la época de los dog lovers, es decir de esas personas que aman a sus perros más que a los humanos y andan para todos lados con ellos. Esto requiere también una cuota de responsabilidad ya que un perro es un ser vivo. Esta lección la aprendió por fin esta mujer, que en su distracción dejó a su perro afuera del ascensor. Las puertas se cerraron y el pobre cachorro hubiese pasado a mejor vida de la peor forma si no hubiesen estado cerca personas con reflejos de relámpagos. Gracias a ellos el perrito se salvó y la mujer no quedó traumada de por vida.