No es mi boda, así que …
Las historias de las dama de honor locas son familiares para todos, especialmente aquellas que se dejan llevar tanto celebrando que hacen locuras en la recepción y nunca recuerdan nada. La motivación para este tipo de comportamiento suele ser algún tipo de drama subyacente entre amigos o simplemente una chica a las que estás tradiciones le importan un reverendo rábano y están ahí más por compromiso que otra cosa.
Sea lo que sea, este miembro del tren nupcial seguro que tiene mucho con lo que lidiar, según la forma en la que esta atacando a esa botella de vino. Sus amigos tienen esa mirada en sus rostros que dice con temor: “¡oh no, no otra vez, Martha!”