¿PODEMOS HABLAR?
Cuando Julia salió de la tienda, Agustín decidió seguirla y encararla, preguntándole si había obtenido todo lo que quería. Ella no entendió a qué venía la pregunta y su semblante cambió a uno más serio y confundido. Él le preguntó nuevamente, pero que si había tomado algo que no le pertenecía. Al notar que no conseguía respuestas, decidió hacer una tercera pregunta en tono más serio.
“Señora, ¿Me permite mirar el interior de su bolso?, será solo unos segundos”. Julia comenzó a agitarse y se sintió ofendida “Compré un bocadillo y tengo el recibo, no es necesario que mire mis cosas”. Agustín le explicó la situación y registró su bolso.