¿PERDONE?
Durante el mal rato, Julia sintió decepción ante la escena, pues ella era una clienta habitual y no debían desconfiar de ella de esa manera. Sin embargo, Agustín consiguió la prueba del delito y se la enseñó, mirándola con dudas.
“Pero si yo ni bebo. No estuve en la sección de bebidas alcohólicas. Esto es un grave malentendido”, decía ella con suma impotencia. Agustín no lograba creerle y permanecía firme ante la acusación que le estaba haciendo a la mujer. Le dijo que a partir de ese día no podía entrar más, ya que no se permitían este tipo de acciones en este comercio.