TODO SE PONE EN DUDA
En la tienda, todo el ambiente había cambiado. Los clientes ahora eran pocos, y la vibra parecía pesada. Agustín no podía dejar de pensar en aquella mujer que parecía muy triste con todo lo ocurrido. Comenzaba a creer que quizá sí fuera todo un malentendido.
Se lo comentó al gerente que inició el plan y este no le hizo caso a sus comentarios. Este parecía feliz de todo lo ocurrido, por lo que no puso esfuerzo en nada. Agustín se sentía cada vez peor y no sabía qué más hacer. Solo lo carcomía la culpa, que se intensificaba con cada minuto que apuntaba el reloj.