Atando cabos
En la mayoría de las veces en que Melissa se encontró con la mendiga embarazada, ella estaba acompañada con su hijo pequeño que la seguía a todas partes y era quien más conmovía a Melissa. Pero en cierta ocasión, notó que estaba con un hombre, un tanto extraño. Melissa, no tan suspicaz esta vez, asumió que era el marido o pareja de la desafortunada mujer.
De alguna manera este nuevo personaje intrigó más a Melissa que desde la primera vez que vio a la embarazada no dejó de pensar en ella. Toda una familia en situación de calle le parecía una tragedia, pero de alguna manera es algo normal de ver en las calles de California, cuando se despierta de la resaca del sueño americano.