Muy encinta
A Melissa le perturbaba ver a la pobre mujer mendigando ya en los últimos meses de su embarazo, parecía que la barriga le explotaría y además estaba con un niño pequeño a su lado. Claramente no estaba en una situación para estar bajo el sol todo el día pidiendo limosna. Necesitaba un centro de acogida, por lo menos para tener a su bebé. Melissa se puso a averiguar sobre qué hacer en estos casos.
Le explicaron a Melissa en Servicios Sociales, que solo podían ayudar a la embarazada si ella se presentaba voluntariamente. No podían hacer nada contra su voluntad. En razón de esta política, Melissa intentó comunicarselo a la desafortunada mendiga embarazada, por lo que salió en busca de ella para decirle que existía una alternativa para no parir en la calle.