Único y singular
La transformación del acueducto, de un cauce lleno de vida a un lecho expuesto, dejó a los presentes en un estado de asombroso contraste emocional. Entre la multitud, algunos se quedaron sin palabras, cautivados por la rareza del espectáculo, mientras otros no podían contener su excitación, compartiendo impresiones y asombros en voz alta.
La visión de tesoros enterrados, peces luchando por sobrevivir entre la suciedad, y el suelo del canal al descubierto, ofreció una escena surrealista, casi sacada de un sueño. Este evento inusitado, cargado de maravilla y desconcierto, quedó grabado en la memoria de quienes lo vivieron como un momento de pura incredulidad.