Salido de una pesadilla
En algunos hoteles todavía conservan la vieja tradición de contar con una persona que ejerza la ya caducada función de ascensorista, esto quiere decir una persona que te encuentras al entrar al ascensor, y presiona el botón de tu piso de destino por ti. Pero lo que encontró este pobre hombre no fue una ascensorista y en vez de llevarlo a su destino casi lo lleva al hospital, porque al ver a este tipo sin rostro, el desafortunado vecino casi sufre un infarto al corazón. Lo más probable es que de ahora en adelante tome las escaleras.