EXISTEN PERSONAS BUENAS Y OTRAS NO TANTO
El gerente derrochaba aires de que eso de la confrontación había estado bien y que tuvo que haber pasado justo como fue. No confesó su plan ni le importó estar haciéndole daño a Julia, que solo tenía el objetivo cada día de pasar un rato agradable en ese lugar que tanto le gustaba.
El gerente no era una buena persona, pues no le importaba hacerle daño a los demás, con tal de sentirse bien él. De esa forma se ocupó de ahuyentar a otros clientes, aunque de formas más sutiles. Así poco a poco la tienda fue perdiendo su color y valor, por lo que ya nada se sentía igual.